Cuando hablamos de Chile lo primero que se nos viene a la mente son las noticias de los medios, el apellido del Presidente y una pugna entre los extremos radicales de la política existente…, pero ver más allá e incursionar en el bosque de oportunidades que este país latinoamericano ofrece, está destinado muchas veces no las pymes y empresas chilenas sino que más bien a empresarios extranjeros, que ven en el país la gran cantidad de negocios que pueden desarrollar, comparando a sus países de origen con el nuestro y observando nichos de mercado donde, claramente, los chilenos no tienen las capacidades de hacerlo debido a la falta de visión global.
Grandes marcas se apoderaron del mundo cotidiano, el café de la mañana, por ejemplo, con la sirena doble aleta y un café personalizado, el lunch de media mañana con un sandwich alto en proteínas y semi saludable con ribetes amarillos y verdes, almuerzos con sopas ramen y sabor a la cocina de la abuela y todo esto adornado por motociclistas con mochilas cuadradas de colores que manejan como si no existiese un mañana.
¿Usted quiere? Se lo llevamos…concepto de delivery introducido y potenciado en Chile con la pandemia y con acceso rápido y eficaz a través de aplicaciones móviles disponibles para cualquier smartphone. ¿Chilenos emprendedores? No señores, conceptos que estaban instaurados hace muchos años ya en Europa y Estados Unidos y que no hicieron nada más que abrir cadenas y replicar en un país con oportunidades. Donde algunos miran una carretera que une de norte a sur con un número 5, otros ven un corredor de transportes y logística que puede traducirse en aplicaciones virtuales y trabajo para una flota de camiones inmovilizados y varados en distintas ciudades esperando el flete que los traiga de vuelta a casa.
Chile, dada su ubicación geográfica privilegiada, sus acuerdos comerciales y su enfoque en la innovación y la tecnología impulsadas por la política gubernamental que fomenta los servicios logísticos, las tecnologías digitales y energías renovables, sumados a su fuerza laboral altamente capacitada e infraestructura de transporte moderna hacen del país un potencial corredor de inversiones para empresas ¨starups¨ con talento y visión. País largo y estrecho con una fibra óptica para el transporte y los servicios logísticos de todo tipo, puertos en desarrollo, cadenas de supermercados en expansión, centros de distribución y bodegas de almacenamiento y sin contar los parques industriales cercanos a aeropuertos que hoy ya tienen el apellido ¨internacional¨.
Y si hablamos de ¨Starups¨ ¿Podemos decir que son pymes chilenas? No señores, es un concepto que viene de bastante más allá de nuestras fronteras e implica una visión global que raramente se ve emprendedores nacionales e implican dinamismo, tecnología y aumento de volúmenes y márgenes de operación en periodos cortos de tiempo sin que esto implique un aumento en sus costos y gastos de operación. Fórmulas exitosas que hacen prescindir de espacios de organización y fomentan el teletrabajo, reuniones vía telemática y el coworking con empresas del rubro, con distintos tipos de profesionales y áreas que pueden entregarles una visión completa del entorno comercial y asesoría rápida y eficientemente haciendo de las ideas de inversionistas una realidad altamente plasmable en el corto plazo, con altas rentabilidades en un mediano plazo y que implica la visión del empresario o inversionista internacional conjugado con el expertise y experiencia del business inteligence (BI) local.
Chile, no sólo hablamos de turismo y minería, sino del mundo de oportunidades para las relaciones comerciales de las áreas que hacen caminar y moverse a un país con déficits de empresarios con visión Global, donde las cadenas de suministros y transportes esperan aún ser maximizadas comercial y tecnológicamente, con recursos humanos, que tienen la capacidad pero carecen de las habilidades blandas necesarias para poder ver el bosque de oportunidades detrás del árbol del miedo y el riesgo país, clasificación impuesta por grandes conglomerados económicos que no desean un auge ni desarrollo económico más que el que su poder pueda abarcar y ejercer, literalmente tierra fértil pero disponible sólo para inversionistas con visión global y sin miedo al éxito.
RENÉ SALDAÑA VERA
Ingeniero Comercial
Magister en administración de empresas
Diplomado en Comercio exterior